4 de febrero de 2018

Iniciando la semana a full, con todos los anticuerpos

Tarde de domingo en la ciudad. Terminé de almorzar junto a la familia de mi hermano, estoy más relajado, y destino estos minutos (antes de dormir un rato la siesta) a escribir unas líneas. Somos prisioneros de las noticias que se dan a difusión en los grandes medios (ojo, no dije "medios hegemónicos"), pero en realidad hay muchísimos portales informativos en Internet que se pueden leer gratuitamente. Es probable que el responsable del mismo no sea una figura mediática o popular, pero ello poco importa, siempre que haya un análisis de opinión coherente, con alguien que pueda fundamentar lo que dice, vamos por buen camino. Por lo menos invita a la lectura. 
Ya casi pisando los 40, veo a la sociedad y a la vida de otra manera. Disfruto de detalles que antes no me importaban. Pero me pasa a la inversa también, hay detalles que cobran una relevancia que antes no tenían, básicamente porque cuando tenés 20 años, te tenés que permitir ser un poco irresponsable. Si no lo hacés a esa edad, ¿cuándo lo vas a hacer? Después con los años aparecen una serie de cuestiones en las que te demostrás vos mismo, y les demostrás a los demás, que sos serio en tu trabajo, que tu tiempo vale, que necesitás un buen descanso para rendir bien durante el día,  por citar sólo algunas.  

No sé por qué, me volvieron recuerdos del invierno pasado, quizás porque detesto el calor excesivo que estamos atravesando. Tuvimos un 9 de Julio de 2017 atípico, con mucha lluvia, en el cual fue inevitable volverse a mojar los zapatos y las medias por más recaudos que haya tomado en evitarlo. Es increíble la cantidad de baldosas flojas o partidas que hay en las veredas, que se convierten en una verdadera "trampa mortal" con la cantidad de agua que se acumula. Fueron casi 4 días nublados y con lluvias intensas. Como es previsible luego de casi 100 mm.de precipitaciones, algunas calles permanecieron intransitables durante demasiado tiempo. Pero un día soleado siempre motiva, te cambia de foco, te pone pilas. Y lo principal: Te saca del encierro, porque incita a caminar o a dar un paseo, a ejercitarse, a salir de las cuatro paredes. 

Creo que siempre debemos buscar razones para sonreír. Nos merecemos estar contentos, casi diría que es una "obligación". Hay gente que sale adelante de trances durísimos con una capacidad sorprendente, en cambio a otros nos cuesta más, y nos quedamos a mitad de camino hasta que encontramos algún proyecto para llevar a cabo, una forma de emerger de la superficie ante los momentos duros y enfrentar la realidad de otra forma. Me siento raro afirmando esto porque me quejo bastante y reniego más de lo aconsejable, pero hay situaciones en que te das cuenta que toda queja es infundada si no se puede hacer algo para mitigar ese malestar, ese fastidio. Punto final. 

Siempre hay una buena excusa

  Cuando pasan varios años sin que te encuentres con alguien y esa persona aparece súbitamente en escena, pueden suceder dos cosas: O que te...