20 de marzo de 2018

¿Alguna vez sabremos la verdad?



¿Alguna vez sabremos la verdad de lo que sucedió con el ARA San Juan? Probablemente no, excepto los partes oficiales de la Armada que se dieron a conocer, y alguna que otra explicación del Ministerio de Defensa. El tema desapareció de la agenda mediática, del mismo modo que desaparecieron y perecieron los 44 tripulantes que iban a bordo. La hipótesis que se maneja es que hubo una falla en las baterías, y que a consecuencia de esto, más otra serie de factores, la nave implosionó en el mar. Pero también se menciona, no oficialmente, que podría haber sido hundido por un buque inglés. Esto no suena muy convincente, si tenemos en cuenta que el viejo submarino estaba lejos de representar una amenaza. Sin embargo, el Jefe de Gabinete Marcos Peña admitió que dentro de los objetivos de la misión, estaba en el navegar en  la zona cercana a Malvinas, fuertemente militarizada con más de 2.000 hombres tras la guerra de 1982. De ser así, se trata de una estupidez mayúscula que mandó a la muerte a personas que obedecieron las órdenes que se les impartieron, y que se conocen 4 meses después.

Los familiares de quienes iban a bordo del ARA San Juan, naturalmente, ya dieron por descartada toda posibilidad de encontrar con vida a sus seres queridos, que en realidad era lo más importante. Pero hay otros enigmas, ya fuera de lo ocurrido con este hecho puntual, que tampoco serán revelados. 

Nunca sabremos qué pasó con Carlos Menem Jr, si el helicóptero que se estrelló en Ramallo fue consecuencia de una maniobra desafortunada o de un atentado. Nunca sabremos qué pasó con el caso de la Dra. Giubileo, allá por 1985, que desapareció de la Clínica Psiquiátrica Open Door, cercana a Luján, donde trabajaba. El crimen perfecto, porque su cuerpo nunca se encontró. Nunca sabremos qué pasó con Jorge Julio López, el testigo que declaró en el juicio contra el represor Miguel Etchecolatz. Nunca sabremos, tampoco, qué pasó con "Poli" Armentano, aquel relacionista público famoso en los '90, que era dueño de la discoteca "El Cielo", frecuentada por la farándula y el mundillo menemista. Lo asesinaron de un modo tan "prolijo", que se estima que era un sicario profesional. Pero la investigación quedó en la nada. 

Nunca se sabrá la sospechosa muerte de Lourdes Di Natale, ex Secretaria Privada de Emir Yoma, que denunció una escandalosa red de coimas y sobresueldos, recibía constantemente amenazas, y la causa se caratuló como suicidio, algo totalmente inverosímil para cualquiera que haya reconstruido la escena del crimen. 

Pero, en rigor de verdad, en todos estos casos, hay "alguien" que sabe lo que pasó, y que quizás se llevó su secreto a la tumba, como así también los espías mediocres de la ex SIDE que en lugar de protegernos de cualquier amenaza de atentado, se dedicaron durante años a hacer pinchaduras telefónicas a periodistas y políticos de la oposición. Punto final. 

A la vuelta de la esquina

  Mitad de semana en la ciudad. No sé qué les pasará a ustedes, pero yo ya no me preocupo tanto como antes respecto a situaciones que aparen...