23 de julio de 2020

A no bajar los brazos y defender nuestro trabajo

Es hora de poner las cosas en su lugar. No es lo mismo "hacer periodismo", que "ser periodista". Pero más allá de eso, cada vez que se desmerece esta profesión que hemos elegido (sea cual fuere), hay que defender el lugar que nos supimos ganar con uñas y dientes. Mis padres sufrieron muchas privaciones para que yo pudiera estudiar, hace 20 años que me dedico a esto, casi todos los lectores me conocen...no hay mayores secretos. Me molesta que paguen "justos por pecadores" por una noticia que sale publicada en un determinado medio. Si vos no defendés lo que hacés, nadie lo va a hacer por vos. Estamos expuestos a cartas documento, demandas judiciales... es decir, no es que para nosotros (o para mí) hablar sea gratis. Ahora va menguando, pero lo que percibí en los primeros meses de la cuarentena, es que había mucha gente al pedo que se entretenía con las redes sociales publicando cualquier tipo de comentarios sin fundamento. Y si lo hacen, obviamente, es porque esperan que alguien los lea y que genere una "bola de nieve" basada en rumores sin sustento. Entonces cuando te paran por la calle y te preguntan si es cierto que Fulano tiene Coronavirus, es un momento incómodo porque te preguntan por algo que ni siquiera es oficial y lo leyeron en algún lado. Suena muy lindo decir  "nos cuidamos entre todos", pero hay gente que quiere salvarse sola y los demás que revienten. Se ponen en víctimas de una situación que consideran que sólo los afecta a ellos. Quieren arreglar el país en una mesa de café. No tienen autocrítica, pero sí bastante vanidad como para creerse importantes. Son pelotudos, por decirlo claramente. Mientras estos tipos pierden el tiempo comentando publicaciones de FB, hay gente que está luchando por sobrevivir, pero hasta que no les llegue el agua al cuello de ellos, difícilmente lo entenderán. Inclusive a los ahorristas que se fundieron en 2001, por ejemplo, poco les importó que ya hubiera argentinos en indigencia desde hace años. 

Yo no voy a claudicar, porque elegí esta profesión como medio de vida, y a los 41 años no creo que vaya a buscar otro rumbo, aunque nunca se sabe. Hay que apechugar y esperar, no queda otra. Todos pensamos alguna vez en "tirar la toalla", pero el impulso de continuar y darle pelea a cada día es más fuerte que cualquier desencanto o decepción. Todos los días hay que levantar la persiana del negocio y seguirla remando. Todos acumulamos deudas y estamos comprometidos en saldarlas. Lo que importa acá, es que no podemos permanecer como mudos testigos de lo que pasa. Llega un punto en que te toca ser protagonista, aunque seas un "actor de reparto". ¿Se entiende? En una película o en una telenovela, no todos pueden ser galanes. Si ahora nos tocó en suerte un rol secundario, hay que aceptarlo, ya vendrán tiempos mejores. Eso se llama humildad, y aceptar que no somos el centro del Universo, sino un punto diminuto que no revista gran trascendencia en el cosmos. Punto final. 



Las preguntas obvias también merecen ser respondidas

Con el paso del tiempo, vamos cambiando. Eso no es novedad, lo novedoso es cómo interpretamos ese proceso. El destino nos lleva a enfrentarn...