Martes con lluvia en la ciudad. Estamos en Fase 5. A esta altura, todos sabemos lo que está permitido y lo que no. En consecuencia, es momento de actuar con la mayor responsabilidad para no tener que retroceder. Era muy anhelado poder alcanzar esta instancia, luego de más de 120 días en los cuales muchas actividades estuvieron restringidas. En lo personal, es una de las mejores noticias que recibí en los últimos meses, ya que realmente la pasé muy mal por la pérdida de rédito económico y el estrés que esto me causó, y también por el deterioro físico de tantos días de aislamiento. No estoy enfermo, pero sí excedido de peso, y no quisiera que esto se siga acentuando. Tan pronto como me confirmen del gimnasio al cual solía ir que ya puede abrir sus puertas, volveré para tratar de ponerme "a punto". Y con el tema de las reuniones sociales, el Estado no tiene la facultad de entrar a nuestras casas y constatar si hay 10 personas o más, por lo tanto no podemos abusarnos de ello. Claro está que cómo vivimos en un pueblo chico, si se juntan 50 personas para un cumpleaños o lo que fuere sería un escándalo.
Esta "nueva normalidad" nos propone nuevos desafíos, uno de ellos es ir recuperando el estilo de vida que teníamos antes del 20 de marzo, pero siendo conscientes de que seguimos estando en cuarentena, el virus continúa circulando, y existe la posibilidad de que si se incrementan los casos deberemos dar marcha atrás. Por el momento, disfrutemos de lo que nos fue concedido hacer, y probablemente nos daremos cuenta de que nuestra vida, al haber acumulado tantos meses de encierro, no es tan diferente al período de aislamiento. Sí, hay nuevas actividades permitidas, y los gimnasios estarán a pleno con los cupos, pero hay que ver si es un deseo genuino de la gente por sentirse mejor, o si los lobenses concurrimos simplemente porque antes no se podía hacerlo.
Nuestra ciudad, paulatinamente, recuperará el ritmo que solía tener, el Centro dejará de ser un páramo para transformarse en el principal foco de circulación y tránsito como siempre lo fue. El delivery comenzará a disminuir si es que la gente tiene posibilidad de comer o tomar un café en un bar. Pero todavía es prematuro para observar esos cambios. Lo más importante es que no se sigan perdiendo nuevas fuentes de trabajo, tanto en el comercio como en la industria. O gente que no puede pagar el alquiler de un local comercial, como sucedió en el AMBA.
Hemos dado un paso importantísimo, que pone a prueba nuestra capacidad de comportarnos conforme la establecido por los decretos vigentes. Me pone muy feliz haber llegado a una etapa que pensé que nunca alcanzaríamos. Y es de destacar el esfuerzo de todo el sistema de salud para brindar tratamiento a los casos positivos que hemos ido teniendo. En rigor de verdad, "tratamiento" quizás no sea la palabra adecuada, dado que aún se están investigando las drogas y una posible vacuna. Pero sí el hecho de proceder al rápido aislamiento del paciente con COVID, que no es un enemigo, sino una víctima. Punto final.
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