3 de mayo de 2015

Están los ladrillos, pero la casa se nos viene abajo

Cuando se busca hurgar ante un hecho de conmoción pública, tómese por caso el Fiscal Nisman, enseguida hay alguien dispuesto a "embarrar la cancha". En los días sucesivos a la muerte del malogrado Fiscal, hemos visto cómo desde el Gobierno se lo acusó de salir con putas y modelos, de viajar, de no investigar correctamente, de vivir en el barrio más caro de Buenos Aires. En primer lugar, si es por el tema del lujo y de las minas, los funcionarios deberían hacer un voto de silencio. Ganan más de $ 40.000 por mes, de manera que no son unos pordioseros. Siento que no importa tanto lo que ganen como sueldo (lo cual también me indigna), sino lo corruptos que son. A diferencia de lo que sucedía con los menemistas, que robaban a dos manos pero con cierta discreción, esta gente lo hace de una manera tan burda, que hasta un primate se daría cuenta.

Me parece, no obstante, que lo más preocupante no es eso. Lo preocupante es la bajeza que demostraron tener. Puede que el estilo de vida de Nisman no coincida con el resto de sus pares, pero la cuestión es que a Nisman lo mataron, la noticia fue desapareciendo poco a poco de las páginas de los diarios, y así estamos. Lo que lograron los K fue que mucha gente se olvidara del caso, porque para eso está la ex SIDE, para sembrar cortinas de humo, precisamente cuando las papas queman. Al argentino promedio le ponés un partido de la Selección y se olvida hasta de aquello que, debería se INOLVIDABLE. Para concluir, yo sé que algunos de mis amigos no estarán de acuerdo (y para ello está el disenso), pero yo concuerdo perfectamente con la frase: "YO SOY NISMAN", o "TODOS SOMOS NISMAN". Que la pasen bien, y gracias por leer estas líneas. Punto final.

A la vuelta de la esquina

  Mitad de semana en la ciudad. No sé qué les pasará a ustedes, pero yo ya no me preocupo tanto como antes respecto a situaciones que aparen...