Viernes nublado en la ciudad. Me pregunto qué diría el gran Eduardo Galeano, recientemente fallecido, de este escándalo que se ha producido en la FIFA. Lo irónicoa es que tuvieron que intervenir los yanquis, con un "topo" o espía, para tomar cartas en el asunto. Sabido es que con los yanquis, para bien o para mal, no se jode. Todo delito cometido en suelo estadounidense debe ser juzgado en ese país, y EE. UU. se reserva el derecho de hacerlo inclusive si uno haya enviado un inocente mail desde un hotel en Miami. Hoy podrá ser un día histórico, si finalmente rueda la cabeza de Joseph Blatter y asume la conducción de la entidad, alguien que muestre un pocoo de dignidad personal. Todo parece indicar que así será. Pero será así porque "nadie quiere quedar pegado", no por otro motivo. Es decir: votarán al "menos peor", al Príncipe de Jordania, cuyo nombre no recuerdo.
Lo que vi ayer por TV fue lamentable: Blatter pronunciando un discurso lacónico, como si nada hubiera pasado, y haciendo una leve alusión a que la FIFA estaba viviendo "momentos difíciles". Pero no precisamente difíciles para vos y tus amigotes, que se robaron todo lo que encontraron a su paso, y cobraron coimas para decidir "a dedo" la sede de los Mundiales. Pero como dijo el finado Julio Grondona, "todo pasa"...y es así como la prensa pronto se olvidará del tema, porque esa lacra que se ha dado en llamar "periodismo deportivo" también está prendida en la joda. Mientras esto acontece, me pregunto si alguien se acuerda del Fiscal Nisman. No me importa si vivía con lujo, si salía con putas o modelos, o lo que fuere: quiero que me expliquen qué pasó. Quiero que me digan si se suicidó o si lo mataron. Quiero que alguien las pague de una vez por todas. Es inadmisible que cierto sector del periodismo nos haya hastiado con Nisman, y que ahora el tema se haya desvanecido como por arte de magia. Me gustaría ver qué pasa a partir de octubre, cuando tengamos que meter el sobrecito en la urna. Punto final.
