20 de noviembre de 2015

Escuelas violentas

Los Institutos de Formación Docente sirven para que, precisamente, puedan surgir nuevas promociones de profesores o maestros, mediante el aprendizaje de todos los conocimientos necesarios en el contexto del aula. Sin embargo, resultan ineficaces si tomamos en cuenta los lamentables hechos que suceden en las escuelas, donde los chicos van armados, los padres amenazan a los docentes si un alumno es aplazado, o surgen situaciones que nada tienen que ver con la enseñanza. Es cierto que uno con las prácticas puede ir palpando la realidad, pero en muchos casos quien decidió estudiar una carrera ya está "jugado" y no va a tirar dos años de cursada por la borda, de manera que prefiere seguir aunque de a poco se vaya dando cuenta de la decadencia del nivel educativo, que parece no tener fondo. 

El docente debe tener garantizada su integridad física en todo momento, y del mismo modo que se le pide que sea respetuoso de sus alumnos, los chicos no deben concurrir con actitudes violentas o agresivas que suelen terminar en consecuencias gravísimas, de las cuales resulta difícil dar marcha atrás. Por eso cuestiono, en parte, la prédica de la "inclusión". No se puede tener un chico en la escuela a cualquier costo, si es violento, si agrede a sus propios compañeros, si impide que el resto del alumnado pueda prestar atención al contenido de la clase. Pero esto es un síntoma de la sociedad en la que estamos viviendo, de la decadencia moral, de la falta de valores, del no importarnos nada del otro. Esos alumnos lo ven a diario en sus hogares y lo replican en la escuela. Claro está que no son ingenuos ni inocentes, y saben muy bien lo que están haciendo cuando le pegan una trompada a un profesor. Situaciones como ésta eran impensadas 20 o 25 años atrás. Vas a trabajar, te pagan mal, y encima podés salir lastimado o sumariado si respondés a la agresión. Me parece que estamos viviendo en el reino del revés. Punto final.

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Viernes por la tarde en la ciudad. Estoy tranquilo, pero también somnoliento, así que procuraré escribir lo que tengo en mente. Observo que ...