3 de julio de 2017

Cómo evitar el hundimiento social

Espero que obtengamos "algo" que nos dé orgullo como argentinos, y que no sea sólo un trofeo deportivo, sino un logro significativo de la ciencia, un gesto altruista, que nos haga sentir bien. Porque en los tiempos que vivimos, necesitamos creer que podemos, como sociedad, hacer algo por el bien común. Que baje la desocupación, que la mayoría de la gente tenga trabajo, que todos los chicos vayan a la escuela, que se terminen los pibes chorros, motochorros, y cualquier cosa parecida. Que todos paguemos impuestos, como corresponde, y que los hijos de puta que tienen en negro a millones de argentinos sean multados y sancionados. Imaginar, soñar con utopías...tómenlo como lo deseen. Si no nos aferramos a una tabla de salvación, nos hundimos sin remedio. 

En esta sociedad post-dictadura, todavía no aprendimos a convivir. Creíamos que con el Estado de Derecho y la democracia estaba todo resuelto, y no es así. Vivir en democracia, es lo básico, lo esencial como sistema de gobierno. Pero la única manera de terminar con la psicosis colectiva, de que te matan-secuestran-roban, es con políticas públicas eficaces, con reformas que endurezcan las penas para los delitos aberrantes, con cárceles que no tengan a sus reclusos de un modo indigno porque después salen peor de lo que entraron. Legisladores que honren su cargo, ya que se creen tan "honorables", y que no se aumenten los sueldos mientras el pueblo se caga de hambre. Que vayan al Congreso con asistencia perfecta, que no se duerman en sus bancas, que debatan, que se peleen, pero que al menos sancionen leyes que nos permitan vivir mejor. De vez en cuando, me gusta caer en la ingenuidad, vieron?
Deberíamos preguntarnos si hemos aprendido algo de todas las veces que los diputados nos defraudaron, se enriquecieron, votaron leyes en contra de los sectores más humildes, e hicieron de la política un medio de vida. Eso es lo más nefasto. Ser político no es una profesión, en un estado que debería ser transitorio para luego volver al llano y delegar esa responsabilidad en otro. Punto final.

A la vuelta de la esquina

  Mitad de semana en la ciudad. No sé qué les pasará a ustedes, pero yo ya no me preocupo tanto como antes respecto a situaciones que aparen...