20 de noviembre de 2019

No dejar de insistir es la clave del éxito

Miércoles de intenso calor en Lobos. Las altas temperaturas no dan respiro, y esto es sólo el comienzo. El sol abrasador nos hace transpirar de un modo inusual y tener que ducharnos con frecuencia cada vez que volvemos de la calle, 36 grados no es poca cosa, y es probable que debamos atravesar marcas superiores en los próximos días. Siempre el verano se adelanta un par de semanas, y es entonces cuando uno empieza a pensar en la falta de un plan serio de forestación en la planta urbana. La sombra de un árbol disminuye notablemente la temperatura, pero acá estamos acostumbrados a talar y podar sin control. Reemplazamos los plátanos que levantan las veredas, por especies minúsculas que son un esperpento. Y hay cierto sesgo exótico en algunos lobenses que insisten en plantar palmeras, me pregunto para qué. Son las tres de la tarde y estoy recluido en mi casa por los motivos antes mencionados, supongo que a las 18 o 19 hs saldré a cumplir con los quehaceres domésticos, no antes.

Yendo a asuntos más profundos, o al tema que nos convoca, creo que la clave del éxito es insistir. No ceder ante el primer intento, aunque haya que padecer la famosa "amansadora" en los despachos y oficinas de gobierno. No claudicar si un comerciante decide no darte la publicidad para el diario. Ahorrar lo poco que se pueda, con la convicción de que esta plata puede sacarte de un apuro cuando la necesites. Salir a caminar todas las veces que sea necesario para reducir de un modo natural el sobrepeso que tanto te molesta y te avergüenza. En mi caso puntual, si escribo una nota que no obtiene la respuesta esperada, puede ser porque el tema carece de interés o por diversos motivos, pero tengo la revancha de escribir otra que concite mayor atención. El comportamiento del lector no siempre es el mismo. Sacando las noticias policiales y los accidentes, todo lo demás que puedas producir como periodista está relacionado con el oficio que cada uno tenga para hacer que ese texto sea atractivo. Quienes me conocen saben que pasé por momentos difíciles, pero nunca bajé los brazos. Y si lo hice, fue solamente por un rato, para reponer fuerzas. Mi manera de pensar está íntimamente relacionada con mi modo de escribir, porque yo nunca he incitado a la violencia, ni al revanchismo inútil. Como muchos argentinos, tuve una dosis de esperanza cuando asumió Macri, pero el peso irrefutable de los hechos hizo que tuviera espíritu crítico, no estaba dispuesto a tragarme cualquier sapo. Ahora, con Fernández, sucederá algo parecido. Tengo expectativas, pero no le voy a otorgar un cheque en blanco. Esto que estamos viviendo llevará por lo menos 10 años en revertirse. Y vivimos en un país donde nadie quiere sacar los pies del plato, algo que ciertamente no ayuda. 

Por último, acá en Lobos espero que haya una voluntad de diálogo genuina, porque los años pasan y seguimos estancados. Que "alguien" haya hecho unas cuadras de asfalto no lo convierte en un superhéroe, es el deber del funcionario municipal invertir los dineros públicos en lo que se considere prioritario. Fijate que hay un policía en cada esquina, cámara de seguridad por doquier, y sin embargo a la gente le siguen robando. Hay que prevenir el delito, es decir, evitar que ocurra, porque los tiempos de investigación de las fuerzas de seguridad son lentos y hasta que la Fiscalía autorice allanamientos, hay que esperar más aún. Pensemos que 2020 puede ser mejor, pero basándonos en indicios concretos. Punto final. 

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