24 de mayo de 2016

Los héroes anónimos

El ser humano tiene el natural deseo de trascender, de que algo suyo exista más allá de su propia vida, porque sabe que su tiempo en este mundo es limitado. Esa ambición, bien entendida por algunos, es la que ha permitido que hayan escrito las páginas de la Historia los próceres, científicos, deportistas, artistas, escritores. Lamentablemente, los dictadores también persiguen ese propósito de dejar una huella, quizás porque sienten que su poder no terminará nunca y que podrán seguir sometiendo a un pueblo indefinidamente, o dejar su legado a un "elegido" como sucede en las monarquías. No estamos "de paso" en esta vida, somos hijos de nuestro tiempo, nos tocó vivir en un tiempo determinado. Y sin lugar a duda hay héroes anónimos, gente que todos los días hace algo para que este sea un lugar mejor y no sale en los diarios, porque a nadie parece interesarle. 

Todos tenemos una llama interna, una pasión, que es la que nos motiva a seguir viviendo, a luchar por lo que creemos justo, más allá del mero hecho de ser buenos vecinos. La ambición por cambiar lo establecido, por no creer que todo está dicho, por buscarle una vuelta de tuerca a las cosas, es lo que nos sostiene. Si no fuera así, nada de lo que hacemos tendríamos sentido, todo se reduciría a ir a trabajar, cobrar un sueldo y así sucesivamente hasta la jubilación. Pero también es cierto que hay muchas factores que nos condicionan. Es mentira que uno es artífice de su propio destino. Hay circunstancias totalmente azarosas que nos marcan y que nos resultan inexplicables, no alcanzamos a comprender lo que nos está pasando. La vida no es fácil, no es el cuentito que nos contaron cuando éramos chicos, hay gente que por su posición social puede enviar a sus hijos a los mejores colegios y universidades mientras otros jóvenes ven que el camino se les hace cada vez más cuesta arriba. Porque si no caeríamos en la fábula yanqui del "sueño americano", que consiste en pensar que cualquiera que se lo propone puede ser exitoso. No siempre es así. No se puede ser exitoso sin afecto, sin juguetes en la infancia, con hambre, viviendo en condiciones miserables, mientras otros manejan grandes empresas heredadas de papá y nunca les faltó nada. 

La pobreza es un obstáculo para el crecimiento personal, aunque hay casos notables de personas que crecieron en hogares muy humildes y pese a ello lograron éxito y liderazgo. Mi concepción del progreso no se traduce sólo en la prosperidad económica, sino en llevarte bien con los años que tenés encima, en mejorar la relación conmigo mismo y con los demás. La palabra "éxito" es demasiado amplia, porque cada uno tiene su propio ideal de lo que considera ser exitoso. Nos podemos proponer metas modestas o ambiciosas. Pero está en uno mismo decidir, porque nadie puede hacerlo por vos, ni señalarte con el dedo acusador. Cada vez que lográs que algo salga como vos esperás, por mérito de tu esfuerzo, te anotás un pequeño triunfo. Y si no es el éxito, se le parece bastante. Punto final.

A la vuelta de la esquina

  Mitad de semana en la ciudad. No sé qué les pasará a ustedes, pero yo ya no me preocupo tanto como antes respecto a situaciones que aparen...