13 de mayo de 2016

Uso y abuso del periodismo

Viernes por la noche en la ciudad. Ideal para irse a dormir temprano, o acostarse hasta que nos venza el sueño. Ahora que estoy más cerca de los 40, ya no le encuentro demasiado sentido en quedarme levantado hasta tarde, excepto que sea por algún evento social al cual me inviten. Si bien nunca me gustaron los boliches, como todo adolescente fui varias veces, porque iban mis amigos y porque era una manera de hacer algo distinto el fin de semana. 

El vínculo que tengo con Internet es un poco contradictorio: si no fuera por ella, ustedes no podrían leer este texto ni yo podría publicar noticias en mi página. Pero a veces me fastidia un poco recibir notificaciones por el celular, o que abunden tantos mails que no sirven para nada, mal redactados, que en la mayoría de los casos son publicidad encubierta. Parece ser que a todos les gusta servirse del periodismo para promocionarse gratuitamente, como si el laburo de escribir una nota no tuviera valor. Uno puede dar a difusión un almuerzo o cena con fines solidarios, o una colecta, pero si vas a hacer un espectáculo y a cobrar una entrada, no cuentes conmigo. A menos que aceptes pagarme el costo de hacerte propaganda para tu propio interés.

El rol del  periodismo, entonces, al vivir en un pueblo, se desvirtúa, porque es muy fácil decir: "vos que sos periodista, por qué no hacés una nota de esto o aquello", cuando en rigor de verdad lo que la persona buscar es su propio beneficio. Yo tengo la libertad de elegir qué publicar y qué no, a cuál noticia asignarle un espacio destacado y a cuál relegarla en un segundo plano. Lo que para un medio de prensa es importante, para otro puede no serlo, es demasiado subjetivo, no hay criterios uniformes al respecto. Y me parece bárbaro que así sea, porque eso permite que el lector pueda tener diversidad, ver qué es lo que considera relevante, qué perfil le da cada periodista a una noticia. 

Hay que saber diferenciar lo que es de interés público, y lo que sólo puede ser relevante para un sector minoritario de la población. Hay actividades culturales que no "venden", no suman muchos lectores, sin embargo en búsqueda de ese amplio abanico, cada cosa tiene su lugar. Desde un recital de jazz hasta el estreno de una obra de teatro, todo merece su espacio. Por respeto a los vecinos que son parte de estas manifestaciones del arte, y para dar a conocer lo que hacen, lo cual a menudo es difícil para quienes recién empiezan. Punto final.


Dame aunque sea una mísera señal!

  Martes por la noche en la ciudad. La verdad es que no estaba del todo convencido acerca de escribir algo hoy. Pero si voy a esperar a deja...