19 de mayo de 2017

Una luz de esperanza

¿El Gobierno de Macri se está quedando "sin pilas"? ¿Podrá torcer la historia y convertirse en el primer Presidente post-democracia no peronista en terminar su mandato? Hay motivos para pensar que sí, no obstante la población ya acusó el golpe del "tarifazo" en la luz y el gas, y otras medidas impopulares que no benefician a los sectores más postergados. El programa "Precios Cuidados" tiene muchos menos productos que en los años K, y a veces ni siquiera se consiguen, hay una empresa láctea líder (SanCor) al borde del quebranto económico, e insisto que para potenciar los anuncios verdaderamente positivos, Macri debe hacer uso de la Cadena Nacional. Quizás por diferenciarse del gobierno anterior, no ha sabido llegar con las medidas al alcance de toda la sociedad. Pero claro está que este es un año electoral, y la suerte de Cambiemos para los próximos dos años estará condicionada a lo que el pueblo decida en octubre. 

Como mencioné en otras oportunidades, la estrategia comunicacional de Facebook o Twitter no tiene suficiente llegada, excepto para quienes adhieren públicamene al macrismo. Las visitas oficiales a países europeos o asiáticos buscando alentar inversiones, hasta ahora son sólo expresiones de buenos deseos, o se han firmado acuerdos bilaterales que nosotros desconocemos. ¿Quién aceptará invertir un sólo peso en un país en recesión? ¿Y quién se hará cargo del endeudamiento con los órganos financieros internacionales? Podemos debatir si el consumo ha repuntado o no, pero en cualquier caso es tan leve que no resulta notorio o significativo. Por supuesto que no estoy diciendo nada nuevo, lo que considero una maniobra perversa es argumentar que ahora hay un "sinceramiento" de los índices de pobreza e indigencia porque se cuentan con estadísticas confiables del INDEC. En vez de preocuparse por paliar el problema, difunden cifras que dan espanto: 30 % de los argentinos son pobres. Y la gran mayoría que tiene trabajo, es no registrado o "en negro". Generar trabajo genuino no es una tarea fácil, ya que venimos de décadas de precarización laboral y patoterismo sindical. 

Pero, como siempre sostengo, todavía estamos a tiempo. No estamos en "tierra arrasada", sino viviendo una coyuntura muy difícil que no sabemos cuánto tiempo más deberemos afrontar. La situación de los países vecinos (Brasil, Venezuela), tampoco ayuda. Macri se define como lo contrario al "populismo", del cual trata de diferenciarse en cada entrevista. El problema no es el populismo en sí, porque el Presidente de EE. UU. también lo es, con esa actitud demagógica y golpes emocionales. Lo que aquí hay que dejar de hacer, es escudarse en los 12 años kirchenirstas, y pensar que el momento es aquí y ahora. Dar vuelta de página: si la gente la pasaba mal antes y votó por un cambio, dar respuestas a las demandas del electorado. De lo contrario, cuando lleguemos a 2019, obtendremos un magro balance de una gestión de Gobierno que llegó como un aire nuevo en la política pero que no sabe o no puede "despegar". Punto final.

"No me sueltes la mano", dijeron los senadores

Viernes por la tarde en la ciudad. Estoy tranquilo, pero también somnoliento, así que procuraré escribir lo que tengo en mente. Observo que ...