31 de mayo de 2017

Celebremos que no todos pensamos igual

Se nos fue un mes que se hizo largo, con idas y venidas, y  polémicas estériles entre políticos de turno. Nos quedan 6 meses más por delante para hacer de este 2017 el año que todos soñamos cuando brindamos el 1º de enero. La oportunidad para que no sea como dar vuelta la página de un diario, sino que seamos protagonistas del tiempo en que vivimos. Es interesante pensar las veces en que le damos lugar a la insensatez. Al menosprecio, tanto el que recibimos como el que manifestamos, en todo orden. Si no nos ponemos de acuerdo en cuestiones básicas, menos aún vamos a poder abordar problemas más complejos. Todavía no hemos logrado algo tan elemental como respetar la opinión del otro. Sin todos pensáramos igual, si nuestra visión del mundo fuera la misma, seríamos unos zombies, no habría posibilidad de debate. Parece que deberíamos retroceder 50 años, cuando en los bares de los clubes  había un cartelito que decía "se prohíbe discutir de política o religión". Hace mucho tiempo, no me gustaba el tango. Pero me di la oportunidad a mí  mismo de escucharlo y de apreciarlo. Es un ejemplo mínimo, y quizás algún día me suceda lo mismo con el folklore. Hay cosas que se pueden argumentar, y otras que no. Lo peor es intentar convencer al otro de que su opinión no es válida, porque al que estás desvalorizando es a él. A menos que diga una barbaridad o un insulto. Si las únicas bandas de la historia del rock que valen la pena escuchar fueran Los Rolling o Los Beatles, ¿qué quedaría para sus antecesores, y para sus sucesores? ¿Si el único escritor consagrado mundialmente de la Argentina fuera Borges, no vale la pena entonces leer otros autores? Algo está fallando en nuestro modo de pensar, me parece. Fontanarrosa es un escritor genial, pero como utiliza un lenguaje coloquial y la gente lo considera más mundano, no lo elevan a un sitial que quizás merecería. 

A modo de conclusión, diría: Debemos aprender de la belleza de lo simple y de aquello que es ninguneado por la crítica de las revistas. Punto final.

"No me sueltes la mano", dijeron los senadores

Viernes por la tarde en la ciudad. Estoy tranquilo, pero también somnoliento, así que procuraré escribir lo que tengo en mente. Observo que ...