12 de junio de 2017

El tránsito caótico de Lobos

El tránsito en Lobos se ha vuelto ingobernable. Lo que más llama la atención es el poco respeto hacia el peatón. Nadie cede el paso: vas por la mitad de la calle, divisás un auto, y el hijo de puta que lo conduce acelera aún más. Hay gente que se cree importante por tener un auto nuevo o de alta gama, de manera que para ellos, vos que vas caminando no valés nada. Ojo, las motos también son un peligro, quieren pasar como sea y por donde sea, aunque la distancia entre un vehículo y otro sea mínima. Somos hijos del rigor, pareciera que la única manera de ponerle fin a esta situación fuera colocando un semáforo en cada esquina, cosa imposible e ilusoria. Los peatones, quienes caminamos porque nos gusta o porque no tenemos otro medio, no llevamos casco, nuestro cuerpo es la única protección. Yo vivo cerca del Centro y si lo que veo a diario se repite en la periferia, donde incluso hay calles mal señalizadas, no quiero ni pensar adónde vamos a ir a parar. Parece increíble que el Municipio no cuente con un alcoholímetro para medir el alcohol en sangre de los automovilistas. Que se estacione en rampas para discapacitados es una infracción grave y frecuente, que y da la sensación de que no le importa a nadie excepto a aquellos que circulan en silla de ruedas. No hay una política de tránsito clara, se hacen "parches", hace años se comenzó a cobrar el estacionamiento medido, pero no sirvió en absoluto para lograr un orden, sino para que los comerciantes del Centro se quejaran. 

Pero hay más: como tampoco se dispone de un decibelímetro, nadie controla a las motos con escapes libres, que en esta época del año no joden tanto pero que se hacen sentir durante el verano. Todo el tiempo veo gente manejando y hablando por el celular, y nunca vi que ninguno de ellos haya sido infraccionado. Hay que tener las dos manos en el volante, estar atento, no manejando y hablando simultáneamente. A veces las infracciones son tan groseras y evidentes que uno se pregunta cómo nadie que inspecciona el tránsito las pudo dejar pasar por alto. Me da pena que mi ciudad se esté convirtiendo en un caos, que cada vez sea más difícil para cualquiera salir con tus hijos a la calle, y que de vez en cuando enganchen a algún boludo para justificar que controlan. Por supuesto, hasta que no ocurra un accidente fatal nadie tomará cartas en el asunto, y así estamos, esperando que pase lo peor para reaccionar. Punto final. 

Dame aunque sea una mísera señal!

  Martes por la noche en la ciudad. La verdad es que no estaba del todo convencido acerca de escribir algo hoy. Pero si voy a esperar a deja...