7 de junio de 2017

Un momento de distensión

Aier, miércoles 7, se celebró el Día del Periodista. La verdad es que siempre resulta gratificante que la gente te salude, te envíe un mensaje o alguna muestra de afecto. Pero no hubo mucho tiempo para dormirse en los laureles, todo lo contrario: trabajé como cualquier día de la semana, salí a hacer cobranzas, la rutina diaria se mantuvo. Tenía una reunión, una cena con colegas, pero una bronquitis incipiente me hizo quedarme en casa. Compartir un momento con quienes hacen tu mismo trabajo es parte de la profesión, porque la mayoría de las veces debemos esperar para una conferencia de prensa y ese "tiempo muerto" lo aprovechamos conversando un poco de cada uno. Hay veces en que tengo más entusiasmo para hacer las cosas, y otras en las que trabajo "por inercia". Pero en ambos casos el producto final tiene que salir prolijo, por respeto a los lectores y anunciantes. 
Sé que todavía puedo dar más de mí mismo, superarme, y ya llegará la oportunidad para lograrlo. Haber empezado un diario digital "desde cero" fue una apuesta fuerte, pero me lo propuse como meta y ya está a disposición de cualquiera que lo desee visitar. Cuando en un post anterior hablaba del paso de los años, siento que este 2017 viene mejor al año anterior, al menos en el plano personal. Luego de los primeros meses, le puse garra a las cosas, y aunque todos tenemos debilidades, eso te hace sentir más seguro. 

Hay quienes sostienen que se debe separar la vida personal del trabajo, pero inevitablemente muchas veces se mezclan, porque tenés que cubrir un evento y entonces no podés ir a tomar un café con un amigo, por citar un caso. En los ratos de ocio, aprovecho para caminar, gastar un poco las suelas de las mismas calles de todos los días, buscando encontrarle un nuevo significado al camino recorrido. A veces camino con el propósito de hacer ejercicio, y en otras ocasiones salgo por cualquier calle del Centro y me meto en algún bar, o en la biblioteca, a leer los diarios. 

En resumidas cuentas, buena parte de lo que suceda en estos seis meses que restan de 2017 depende de mí (o de nosotros como sociedad), aunque a menudo uno quiera buscar responsables de la propia mala racha. Se hace lo que se puede, y ya con eso, es buen motivo para estar tranquilo: lo demás, siempre viene solo, o alguien lo tendrá en cuenta. Este laburo siempre te reporta buenos momentos, más allá de lo estrictamente laboral, por lo tanto no me quejo de lo que elegí hacer. Por supuesto que como nos sucede a todos, a veces no tenés ganas de nada, porque tuviste un mal día o lo que fuere. Pero esa voluntad de seguir adelante, como se pueda, forma parte del progreso que podamos alcanzar como sociedad. Si todos hiciéramos sólo aquello que tenemos ganas y dejáramos de lado el resto, entraríamos en una meseta, porque el trabajo no es diversión, es lo que te da sustento para vivir. Punto final. 

Dame aunque sea una mísera señal!

  Martes por la noche en la ciudad. La verdad es que no estaba del todo convencido acerca de escribir algo hoy. Pero si voy a esperar a deja...