20 de septiembre de 2017

El periodista que se creyó estrella y terminó con las manos vacías

Ayer, barrieron a otro "héroe de la resistencia kirchnerista". Roberto Navarro, ex periodista estrella de C5N y Radio 10, fue despedido luego de enfrentarse con el Gerente de Contenidos del canal de noticias. Navarro, creyó que siendo más papista que el Papa, su permanencia iba a ser eterna, y que la adhesión fervorosa de la audiencia K iba a ser suficiente para sostenerlo. Pero el Grupo Indalo, como toda empresa privada, tiene el derecho de prescindir de cualquier empleado, de modo que  lo notificó por telegrama de su despido, luego de una serie de enfrentamientos que hizo públicos en Twitter, tan en boga en estos tiempos. Navarro, el hombre de la barba candado que jamás esbozó una mínima crítica contra los K, se quedó sin aire, en parte por su propia ineptitud. ¿Cómo vas a descargar tu odio en Twitter contra el Gerente del canal donde trabajás? ¿Cómo te vas a cagar a trompadas con Baby Etchecopar en los pasillos de Radio 10, jugando a ver quién es el más guapo? Se te terminó, querido, y no busques victimizarte y hacernos convencer de tus teorías conspirativas. Creerse con derecho a todo, más en un medio de comunicación, es el principio de fin. Es el mismo tipo que anunció los supuestos triunfos de Scioli y Aníbal Fernández en las elecciones de 2015, lo que fue un papelón estrepitoso. Es el mismo tipo que se fue quedando solo, haciendo una suerte de cruzada en defensa de Cristina, que inclusive en un canal como C5N, afín a la causa, resultaba insoportable. Los directivos, entre otros fundamentos, lo consideraron una persona conflictiva, porque no sólo se dedicaba a sembrar el odio por TV, sino que se enfrentaba constantemente con sus compañeros de trabajo que no comulgaban con su pensamiento. 

Y es así como nos damos cuenta de que, pretender una jerarquía superior dentro de una empresa, pedir que echen a quienes no coinciden ideológicamente con vos, es crónica de un final anunciado. Navarro cayó en la ingenuidad de no tener límites para seguir con su faena de convertirse en un denunciador serial de la gestión macrista, y con los hechos consumados, cuando le pegaron una patada en el culo, empezó a sostener argumentos inverosímiles e imposibles de comprobar, como que el Gobierno había presionado para su salida. Quiso hacer de su espacio radial y televisivo un "mini 678", y ahora se quedó con las manos vacías. Pero seguramente lo indemnizarán por una buena suma, y encontrará rápido refugio en AM 750, otro reducto kirchnerista que supieron construir como complemento de Página/12.

Para poner "blanco sobre negro", no se trata de emitir un juicio de valor sobre  la ideología que cada uno profese, sino mostrar cómo, desde un medio de comunicación, no podés hacer o decir cualquier cosa, y mucho menos meterte en una batalla por las redes sociales con los que te están dando el laburo. Suena absurdo que Navarro argumente sentirse "censurado", cuando durante años se dio el gusto de decir cualquier exabrupto que le venía a la boca con tal de defender su posición. Punto final.

Dame aunque sea una mísera señal!

  Martes por la noche en la ciudad. La verdad es que no estaba del todo convencido acerca de escribir algo hoy. Pero si voy a esperar a deja...