10 de abril de 2018

El error de pensar que el mundo está "contra vos"


Cuando creas (o sientas) que el mundo está contra vos, pensá esto: nadie es demasiado importante como para que el resto de la humanidad se preocupe por él, en hacerle daño o perjudicarlo. Por lo general, se dan una sucesión de hechos negativos, lo que conocemos como "mala racha", y que nos hace pensar de ese modo. Por lo tanto, cuando la pegamos y nos pasan un par de cosas buenas, nos cabe la misma lógica, porque no es que el mundo decidió favorecernos, ni nada que se le parezca.

Cosechar los frutos de tu trabajo, obtener el reconocimiento y el respeto de tus pares, lleva demasiado tiempo. No obstante, son más felices las personas que no viven pendientes de la aprobación de los demás. Es decir, aquellas que hacen lo que consideran correcto, y siguen su vida, porque es la forma que han adoptado para comportarse. En parte, yo soy así, pero a veces hay que actuar con diplomacia y mucho temple ante situaciones adversas. Porque si ante cada insulto o agresión fuéramos a responder, entraríamos en el juego del desquiciado que nos quiere envolver en él. 

Por obvio que resulte decirlo, nadie es perfecto, ni mucho menos imprescindible. Podemos decir, sí, que "no habrá otro igual". No habrá otro Maradona, otro Gardel, otro Sandro.... pero aún así, esas personas (que alcanzaron logros superlativos), hoy son un recuerdo, y las generaciones venideras lo tomarán con el mismo criterio, no como superhéroes o  mucho menos. Tener el talento para destacarse en el deporte o en el arte, no te hace imprescindible, simplemente te permite perdurar en la memoria colectiva de esa "burbuja de tiempo" de la cual fuiste parte. Lo cual no es poco: como el ser humano busca la trascendencia más allá de su propia muerte, hay personas que lo han conseguido, por su legado. Pero quienes tenemos aspiraciones más modestas, sólo queremos hacer bien nuestro trabajo, obtener una paga, e irnos a descansar por la noche hasta el día siguiente. 

Volviendo al tema del comienzo, que hay "gente de mierda", por supuesto que sí. Y existe la envidia, la malicia, y la crueldad. De no ser así, todos estaríamos felices y ninguna preocupación nos agobiaría (pensamiento utópico). Sin embargo, debemos comprender que NO SIEMPRE esas acciones repercuten en todos de la misma manera. Porque se trata, precisamente, de aprender a poner límites. Punto final. 

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Viernes por la tarde en la ciudad. Estoy tranquilo, pero también somnoliento, así que procuraré escribir lo que tengo en mente. Observo que ...