17 de abril de 2017

Si hay miseria que no se note

Y arrancó la semana nomás. Hubo que hacerle frente a una gélida mañana, de 10º C, y seguir los circuitos habituales donde uno trata de conseguir información. Primero que todo: la calle. Después: oficinas, despachos, algún que otro contacto. Hay muchas cosas que no se dicen porque no resulta conveniente para el poder político de turno, y otras que se ocultan porque es más cómodo no hablar de ciertos temas. Esconder la basura bajo la alfombra no conduce a nada. Hace años que el Parque Municipal está en estado de abandono, pero como a alguna "mente brillante" se le ocurrió hacer la apertura de las Olimpíadas allí, han colocado nuevas luminarias y reparado otras, han pintado el acceso a dicho espacio verde. Para que lo vean los demás, digamos. Para que quienes nos visitan vean que somos grosos, que tenemos un parque, que Lobos es una ciudad donde se cuida el Medio Ambiente y los espacios públicos. Nunca se puso empeño en forestar, en reemplazar los viejos eucaliptus que van cayendo vencidos por el peso de los años. Aún así, muchísima gente frecuenta al parque para caminar y hacer actividad física. Los baños son un asco (o al menos lo eran la última vez que fui). 

Para que se entienda mejor, es positivo que se realicen mejoras en todo lo posible, pero no "para que lo vean los de afuera". Por otra parte, las Olimpíadas les interesan a un sector determinado de la población: deben continuar realizándose, pero no es que todo el mundo está pendiente de ello. De hecho, la mayor concentración de público suele darse en el show musical de cierre, que excede lo deportivo, a nadie le interesa la ceremonia de premiación, excepto a aquellos que alcanzaron una posición destacada. Pero me estoy yendo de tema. Durante casi toda mi vida crecí en el barrio del Parque, y ante la ausencia de todos los Gobiernos Municipales, hubo que remarla para conseguir asfalto, gas natural, agua corriente, porque era un barrio olvidado. Me acuerdo cuando pasaba el regador para que no se levantara tierra en las tardes de verano. De manera que a mí no me la van a venir a contar, fueron años difíciles, y costó mucho para todos los vecinos poder mejorar nuestra calidad de vida. Tal vez parezca que en mi análisis soy un resentido o renegado, pero no es así. Insisto, celebro que alguien se haya acordado de nuestro principal pulmón verde, pero si no tenemos en claro las prioridades, estamos en problemas punto final.

Hasta que el destino nos alcance

  Nos tocó otros comienzo de semana con lluvia. La verdad es que hacía tiempo que tenía ganas de escribir algo nuevo. Pero, que sea algo “nu...