15 de agosto de 2022

Sábado radiante y finde "XL" sin desperdicio

Qué bueno es cuando, después de mucho pelearla, parece que se alinearan los planetas y sin pedir demasiado, sentís que algunas cosas comienzan a mejorar.  Tuvimos dos días espectaculares, no caben dudas. Sábado y domingo a pleno sol, mucho calor, 22 grados que se colaron en medio de agosto...  No lo dudé, y me propuse aprovechar los ratos libres para ponerme al día con la lectura, la caminata, y todo lo que había quedado postergado. En su mayoría me dediqué a todos esos menesteres el sábado. Por supuesto que también hubo notas periodísticas por cubrir, pero la cuestión es encontrar un equilibrio entre ambas cosas. (Esta nota la empecé a escribir el sábado 13 y la di terminé en la medianoche de este lunes 15).

Hace mucho que no escribo sobre política. Las noticias a nivel nacional no son muy alentadoras, ni lo serán en el futuro. El Gobierno que CFK imaginó, como un traje que calzara a medida, no es el que se plasma en los hechos. Y en realidad, lo que realmente les importa (o les preocupa) a ellos, es que han perdido buena parte del apoyo de la gente, que votará a cualquiera menos al oficialismo actual. Me refiero al electorado independiente que no representa el sufragio cautivo. En la Provincia, no creo que haya sorpresas: Kicillof se postulará para un nuevo mandato y será reelecto. 

Como les decía al principio, Cristina mantiene aún una intención de voto considerable: La de sus incondicionales, que siempre han acompañado al kirchnerismo duro. Solamente un outsider puede provocar un efecto sorpresa que le permita competir e incluso ganar. Puede ser Facundo Manes, puede ser Milei con su discurso incendiario... Pero también podría serlo Patricia Bullrich, como referente del PRO. Para los peronistas, el PRO representa "la derecha". Eso sí, cuando se trata de currar, no importa si el que tiene el timón de proa es de derecha, izquierda, o si la pelota entra por el ángulo. Todos los gobiernos recientes han enriquecido a empresarios amigos con sobreprecios en la obra pública, sin distinción alguna de pertenencia política, o la supuesta "honestidad" o transparencia que declaman. 

A veces, cuando leo un titular en un diario, no puedo evitar sonreír, y casi de inmediato pensar: "¿Nos toman por boludos?". Recién ahora, sobre el pucho, se acordaron de que era necesario construir el gasoducto que unirá Salliqueló con Vaca Muerta. Una megaobra que posiblemente, quedará sólo como la crónica de un anuncio faraónico y que nadie terminará. Al igual que el soterramiento de la línea del Ferrocarril Sarmiento, que se hizo en tramos tan ínfimos que ni merece ser tomada en serio, pero que tuvo amplia propaganda oficial cuando se conoció el proyecto hace más de 10 años. Pues bien, todo sigue como era antes, basta con googlear en medios de prensa confiables para ver que nada ha avanzado de un modo significativo. 

El servicio ferroviario, como transporte público, nunca fue de interés de los distintos gobiernos, salvo para comprar trenes chatarra a Portugal, con un material rodante inutilizable y obsoleto, o para recorrer un trayecto deprimente hasta Merlo u Once. En lo que respecta a los lobenses, que si lo hacemos es porque tenemos que viajar a Capital y sigue siendo la tarifa más barata. El saqueo y el vandalismo de muchas de las estaciones es más que notoria, y la principal causa es el Estado ausente, que no tiene el menor interés en cuidar los bienes que le pertenecen a todos los ciudadanos, desde el banco de una plaza hasta una escultura que se erige en algún sector de la vía pública. Seguramente habrán visto los enormes carteles de propaganda que emplazaron en los alrededores de la Estación de Lobos, donde también dice el monto que (en teoría) se invertirá, ya sea para reconstrucción de andenes, rieles, durmientes, o lo que fuere, pero la empresa contratista tiene una pachorra llamativa, de hecho creo que lo único que realmente está progresando, es la puesta en valor de la Estación de Empalme. 

El servicio del ramal Merlo-Lobos estuvo interrumpido más de 10 meses por reparaciones, lo cual hizo que para los usuarios, se trajeran transitoriamente aquellos micros que todos recordarán, porque eran dos colectivos de doble piso, claramente destinados a larga distancia, y que pese a ello, su única función era transitar los pocos kilómetros desde nuestra ciudad hasta Las Heras o Marcos Paz. Vale decir, un curro en la contratación de los micros que salta a la vista, porque ni la cantidad de pasajeros ni la distancia a recorrer justificaba que se utilizaran vehículos de esa magnitud. Por no mencionar que, como expresaba en una nota anterior, esos mamotretos circulaban por la zona urbana de nuestra ciudad en calles con un circuito insólito, entorpeciendo el tráfico. En relación a esto último no voy a agregar nada más, porque ya lo dije en su momento y nadie me dio bola. 

Pero volviendo a la arena política, mi voto siempre ha sido orientado hacia un candidato que me parezca mínimamente coherente, no me interesa de qué parte del espectro político esté, salvo que se presente a sí mismo como abiertamente fascista, xenófobo, y otras conductas que considero inaceptables. Nunca votaría a un neo nazi, o a alguien que promueve el nacional socialismo. Esa gente ni siquiera debería tener permitido participar de los comicios, aunque no obtengan más de un 5 %  de votos válidos, siendo generosos con la cifra.

La verdad de la milanesa es que todo comenzará a definirse en un corto plazo, porque el oficialismo ya no tiene margen ni recursos para sacar un as de la manga y sorprender a la tribuna con un pase de magia. En el escenario actual, diríamos que con llegar a 2023 sin ninguna nueva devaluación o corrida cambiaria, desde Balcarce 50 se dan por conformes. 

Como Ministro de Economía, Massa no hace más que lo que haría cualquier otro extinguidor de incendios que haya asumido en en plena turbulencia: Proponer el "déficit cero", pero como el gobierno ha gastado y derrochado alegremente durante décadas, esa aspiración no parece fácil que concretar. Si se recortan subsidios y planes sociales, muchos de los sectores que se vieron beneficiados casi eternamente, saldrán a las calles a movilizarse y protestar, porque a decir verdad, el otorgamiento de ese dinero persiguió, en su momento, casi como un único objetivo contener las protestas callejeras. No voy a referirme al sincericidio patético de un par de personajes que fueron entrevistados por los movileros de TV y que demuestran, una vez más, que les preocupa más perder plata que perder la vergüenza.  Nos estamos viendo pronto. Punto final.

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