26 de agosto de 2015

Fuera de este mundo

Miércoles de invierno con 20º C en la ciudad. Mucha humedad, me parece que se viene la lluvia de nuevo. Este fenómeno de la Corriente del Niño (o Niña, no sé cuál es exactamente), nos tiene a mal traer. Qué increíble, ¿no? Estamos tan acostumbrados a los palos, a la represión, a la violencia física y verbal, a la mentira, a la corrupción...que lo sucedido hace tres días en Tucumán ya no le importa más a nadie. Hay que dar gracias a Dios que no hubo muertos, pero claro, como Tucumán es una provincia chota perdida en el mapa, a nadie le importa, está lejos de Buenos Aires y de la "civilización porteña". Del militante radical muerto en Jujuy nadie se acuerda. Y si alguno de puta casualidad se acuerda, no le importa tampoco. Es así, hermano. Aunque la Constitución diga lo contrario, no somos un país federal, fijate que cuando pasás la General Paz ya no existís, aparece "algo" denominado Gran Buenos Aires, y después un montón de pueblos desperdigados por ahí, como Lobos. Por eso es necesario que en el Hospital se pueda terminar de construir la Sala de Terapia Intensiva, para que no haya que derivar pacientes a La Plata, con toda la burocracia, el papeleo, el helicóptero que no llega, la ambulancia que llega tarde, y un sinfín de desatinos que pueden decidir la vida o la muerte de una persona. En Lobos hay buena gente, siempre estuve convencido de eso. No es la mayoría, pero hay. La salud pública debe ser de excelencia, porque nos rompen el c... con los impuestos y  la guita que usan para financiar sus camapañas políticas, entonces es el propio Estado el que se hace el gil cuando te pasa algo. O no hay médico de Guardia, o un pediatra, y uno se pregunta qué hace el Ministerio de Salud, además de repartir preservativos y de vacunar niños. El Hospital de Lobos ha mejorado, nadie duda de ello, pero no puede ser que la solidaridad de todo un pueblo sea la que pague los ladrillos para construir una Terapia Intensiva mientras se despilfarran millones de pesos. Punto final.

Crónica de una sociedad en ataque de nervios

Comenzamos la semana. Ayer saltó la térmica y media casa permaneció a oscuras mientras intentaba escribir estas líneas. Así que tuve que int...