11 de agosto de 2020

Andá a echarle la culpa a Kicillof

A esta altura de los acontecimientos, cada uno le ha ido buscando la vuelta al tiempo libre para hacerlo rendir lo más posible. No habrá cambios en lo inmediato, ya que los cálculos más optimistas hablan de que recién en primer semestre de 2021 podría estar disponible la vacuna a nivel mundial. Todo lo que podamos leer al respecto, por ahora es mera especulación. Por supuesto, todo esto provoca un agotamiento emocional considerable. Un día nos permiten hacer determinadas cosas, pasa una semana y se decide dar marcha atrás, por lo cual ese "permitido" es revocado. Y así estamos. Sin embargo, no estoy de acuerdo con que en Lobos se autorice la apertura de bares o restaurantes, al menos por ahora. Todo me hace pensar que ello provocará un excesivo relajamiento y una falsa sensación de "normalidad". Lo que ya es evidente, es que el Municipio no tiene el mismo criterio que Provincia o Nación, pese a que está subordinado a ellos. Todo esto hace que la gente se ponga a discutir o polemizar en base a su propia opinión o a sus propios intereses. Es positivo que las bibliotecas públicas puedan abrir, porque muchos vecinos buscan refugio en la lectura durante este período de ocio forzado. Es un modo de promover la cultura y el acceso a los libros, que algunos no considerarán importante pero para mí lo es tanto o más que las actividades con fines de lucro. 


Esa pasión tan argentina por perder tiempo en trámites o anuncios que no van a ninguna parte, esa voluntad de declarar rápidamente obsoleto tal o cual cosa, definitivamente no conduce a nada. En Lobos gobierna Cambiemos, por lo tanto no es del mismo color político que los estamentos superiores. Y esa puja se nota demasiado. 

Sin memoria, no podremos aprender las lecciones del pasado. Y todos somos conscientes de que esta pandemia dejará una huella, dado que atraviesa a toda la sociedad. Mientras en otras partes del mundo se preservan los testimonios de nuestros antecesores para que permanezcan en la historia y nuestros hijos los puedan juzgar, aquí eso no sucede. Simplemente porque, como suele decirse, "nadie resiste un archivo". Actores, periodistas, deportistas, viven en permanente contradicción. Son incapaces de sostener un discurso, una idea. Y no hablo ya de una ideología política, sino de fijar posición ante un determinado hecho.

Todos podemos cambiar de parecer, y no está mal que así sea. Lo que no podemos es renegar aquello que dijimos o hicimos. Podés arrepentirte o lamentarte de un error, lo necio es negar que hayas dicho eso, como si no hubiera existido. No es cierto que "las palabras se las lleva el viento". Yo tengo memoria y no me olvido de lo que me dijeron, o con qué intención lo hicieron. No podemos seguir creyendo en la buena fe de las personas, ni pecar de ingenuos. A uno le gustaría hacerlo, pero no es posible. Cuando alguien hace o dice algo, tiene una intención determinada, busca provocar un efecto en el otro. Y las políticas de Estado no son la excepción. Kicillof probablemente esté concentrado en el AMBA y poco le importe un municipio perdido en el mapa como Lobos, no lo sé. Pero el tema de las "fases" fue establecido por el Gobierno, no es algo meramente administrativo como se lo quiere mostrar acá. Hay que bancarse lo que venga, sabiendo que esto, como mínimo, nos llevará todo el año. Yo me encuentro dentro de los sectores más perjudicados económicamente por la cuarentena, pero no puedo mirarme el ombligo. No por nada, la Constitución habla del "bienestar general". Punto final.  

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  Esta es la última nota que escribiré durante lo que resta de 2024, así que no abusaré de vuestra paciencia en la lectura.   En primer lu...