6 de junio de 2022

Día del periodista 2022

Mañana, 7 de junio, es el Día del Periodista. Y serlo en pleno siglo XXI, implica múltiples  responsabilidades, pero la fundamental de todas ellas es ser creíble, más en un pueblo chico. Los lectores confían en la información que uno está brindando y en su veracidad, lo cual les permitirá interpretar los hechos que van sucediendo día a día. Pero además, no deja de ser un servicio. Me viene a la mente lo que pasó durante la pandemia. Y ahora hablaré en plural: Fuimos particularmente cautelosos para no provocar una alteración innecesaria en el público que ya de por sí vio forzosamente trastocado su estilo de vida, por lo tanto, el ánimo popular estaba muy sensible. Fue entonces que nos abocamos a difundir los días y horarios de hisopados, vacunación, y todos los etcéteras que bien deseen sumarle. No fue sólo un cambio de paradigmas para la audiencia, sino para aquellos que debíamos brindar datos certeros y útiles en medio de tanto pesimismo y angustia.

 Asimismo, en el período en que se difundieron los partes oficiales de COVID que emitía el Municipio, muchos buscamos indagar un poco más porque había números que no nos cerraban. Lamentablemente, hubo vecinos que fallecieron o que estaban internados pero que no figuraban en esas cifras, razón por la cual en determinados momentos nos dirigimos a los datos proporcionados por el Ministerio de Salud. Había diferencias, evidentes en algunos casos, y más sutiles en otros. Pero todo ello lo hicimos en la búsqueda de acceder a la información más precisa que estaba disponible dentro de esa amarga coyuntura. A los periodistas, lo sucedido, y que aún no concluyó porque ya estamos en medio de la Cuarta Ola, también nos puso a prueba. Mucha gente reaccionaba con una inusitada violencia verbal o escasa prudencia en las redes, por no mencionar que el encierro (cuarentena) motivó a que todas las plataformas digitales mostraran un crecimiento exponencial. Un error involuntario de un periodista equis, era considerado en muchos casos, razón suficiente para que lo hicieran pedazos, y ni yo ni nadie tenía la menor intención de entrar en ese juego, porque además de ejercer la profesión, obviamente soy una persona común y corriente al igual que ustedes, que tiene momentos de satisfacción pero también de sufrimiento.

Ya en esta segunda mitad de 2022, puedo decirles que mi prioridad siempre ha sido la salud, sentirme bien, porque sin esa necesidad básica no se puede rendir al 100 % en el trabajo o en cualquier actividad que emprendas. Tampoco vas a poder compartir lo cotidiano con tu familia o amigos. Si me hiciera cargo de cada boludez que determinada "gente" hace circular todo el tiempo, me terminaría volviendo loco o con un pico de estrés.  Y el laburo es importante por varios motivos, no sólo por la plata: te brinda la capacidad de redactar y darle tu impronta si sos idóneo, te mantiene activo, y te permite relacionarte con tus compañeros o colegas. En resumen: Es lo que siempre quise hacer y si retrocediera 20 años, volvería a elegir esta profesión.

El periodismo no es para cualquiera, del mismo modo que otros innumerables oficios o profesiones. Pero como decía al principio: Uno asume la responsabilidad de lo que escribe o dice, al hacerlo público en un medio de comunicación. Debo decir que, muchas veces, los lectores acusan al periodismo de callar u ocultar información. Cada colega se maneja como mejor le plazca y no me voy a poner a juzgar a nadie, no me corresponde. Pero no podemos denunciar un hecho sin pruebas, o hacernos eco de un rumor (al menos no es lo que yo hago). Cuando uno hace una entrevista y se apaga el grabador, te tiran “data” imposible de verificar o comprobar, ojo con eso. Porque la Carta Documento después llega a nombre de quien escribió la nota, y es uno quien debe rendir cuentas ante la Justicia por delitos tales como calumnias, injurias, o daño moral.

Para tener pruebas de lo que se dice, hay que investigar y consultar diversas fuentes, informantes, gente cercana al entorno. Esto a veces es posible, y otras veces no. Porque no somos fiscales. También sucede que quien omite la información no es el periodista, sino el que la envía, y lo que menos debemos hacer es sembrar más confusión entre la opinión pública, es lo contrario a lo cual nos dedicamos, que consiste en esclarecer.

Tema 2: Ha transcurrido un lunes cálido en la ciudad, aunque con un poco de fresco y niebla por la mañana. Y como no tengo compromisos políticos con nadie, puedo decir que Lobos ha mejorado en algunos aspectos, pero queda mucho por hacer. Quizás, durante 12 años de un mismo gobierno local vivimos en una burbuja o en un limbo y recién ahora nos damos cuenta de cómo son las cosas. Pero basta caminar la calle para advertir lo que estoy diciendo: asfalto roto, calles llenas de baches, veredas donde faltan baldosas, la Plaza 1810 totalmente devaluada como espacio público. Y ustedes recordarán el desatino que fue en 2016 tomar la decisión política de destruir las parrillas en la Costanera de la Laguna. ¿A qué "iluminado" se le ocurrió tan magnífica idea? Como así también, el hecho de advertir cómo se iba diluyendo progresivamente y año tras año, el despliegue que supieron tener las Olimpíadas de la Cuenca del Salado. No es secreto para nadie que muchos la consideran un gasto superfluo y molesto, cuando bien sabemos que hay otros gastos más inútiles aún.

Otra cuestión: ¿Ustedes han visto la cantidad de ferias de ropa usada que hay en Lobos y que se publicitan por Facebook? Es la versión 2022 del “Club del Trueque”. ¿Realmente piensan que si los vecinos estuvieran en una buena posición económica se dedicarían a eso, y que habría gente dispuesta a comprar ropa de segunda mano porque no le alcanza para ir a una tienda o a un comercio del ramo? ¿Saben los señores de la Casa Rosada cuánto vale un par de zapatillas? Es hora de que la dirigencia actual tenga un baño de realidad.

Cada vez que se presenta el nuevo Presupuesto Municipal ante el Concejo Deliberante, hay un aumento en las tasas o tributos que pagamos todos los lobenses, que es entendible porque se proyecta en base a una inflación estimativa. Pero el ajuste, el sacrificio, el aguante, parece que siempre lo tenemos que hacer nosotros. Porque la clase política tiene dinero de sobra en sus bolsillos. En cambio, los que estamos en el llano somos los que vivimos el "día a día", y muchas veces, aunque parezca insólito, estamos más al tanto de las cosas y de lo que sucede en Lobos que los propios políticos. 

El funcionario que se lo pasa encerrado en su despacho, se asesora por un tercero, y no camina la calle, nunca va a saber medir el pulso de la sociedad. Porque solamente va a escuchar lo que le quieran decir, una realidad distorsionada, se va a terminar cayendo por su propio peso como ocurrió con los relatos K. Todavía no es prudente entrar a hacer campaña, lo hemos dicho desde aquí miles de veces, falta más de un año para las próximas elecciones. No veo mal que la oposición empiece a tantear el terreno, para arrimar el bochín. Pero en lo que respecta al oficialismo, es momento de gobernar. Y quien no esté preparado para hacerlo, venga de donde venga, que renuncie y le deje el lugar a otro más capacitado, porque nadie es imprescindible. Dudo que eso ocurra, pero alguien va a tener que pagar los platos rotos llegado el momento. Punto final. 

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