22 de junio de 2022

Los riesgos de adelantarse a la campaña política

 En la última grabación que hice para el programa de tele ocurrió algo que no es habitual en mí: Estaba completamente relajado, la entrevista con el invitado se desarrolló con fluidez, y esto último se debe, en parte, a que es un vecino que no pretende lucirse o monologar, por lo tanto dejó espacio para que yo pueda ir intercalando las preguntas que consideré necesario. Además, tuvo el gesto respetuoso de llegar puntual al estudio, porque no crean que el entrevistado llega y ya arranca todo. Se prueban los micrófonos, las luces, y que esté todo en condiciones para la edición que hace el operador técnico. Si funciona así en un modesto canal de cable, imagínense ustedes cómo será la cosa en los medios de alcance nacional que tienen millones de televidentes de audiencia y pelean el rating "minuto a minuto". 

En estos cuatro años que llevo haciendo "Café Doble", tal es el nombre que distingue al programa, nunca he tenido que atravesar por momentos de agresión hacia mí o hacia alguien de la empresa en particular. Ha habido espacio para todos: Políticos, funcionarios municipales, docentes, profesionales médicos, actores, directores de teatro, músicos, ilustradores, artistas, personas trans,  vecinos de a pie... y lo seguirá habiendo. 

Es probable que la coyuntura de un determinado momento requiera que se invite a alguien en concreto para esclarecer los hechos o que brinde su versión de ellos. Nunca se censuró a nadie, ni se va a hacer, porque yo no lo permitiría, excepto que algún desubicado caiga en insultos o agravios. Pero en líneas generales, quien comparte esos 45 minutos conmigo es libre de hablar de lo que quiera, aunque como les explicaba antes, el espacio puede estar destinado a hacer alguna aclaración o a ratificar un tema que despertó polémica. 

En algunas ocasiones preparo un par de preguntas y las anoto para cuando llegue el momento, pero si la charla transita por otros temas y se vuelve distendida, no siempre es necesario recurrir a un "machete". Cuando hago una entrevista para mi diario, el procedimiento es casi es mismo, sólo que no estamos en un estudio y lo único que hay es un pequeño grabador para registrar lo que se hable durante esos minutos.  Lo único que hago en ese lapso es escuchar y preguntar en función a lo que me vaya diciendo ese vecino, porque luego hay que transcribir todo y debe quedar claro para los lectores. Y si uno busca alguna declaración polémica, puede suceder que no la encuentre en ningún lado, pero en todo caso jamás hay que inventar algo que el entrevistado no dijo, y menos aún si es un reportaje grabado. 

Tema 2: No es aconsejable ir directo al choque, ni en una entrevista, ni en la vida misma. Es más fácil hacerse el boludo antes que confrontar inútilmente. Los motivos son varios, pero uno de los de mayor peso, es que, si con esa persona empezás a llevar la charla a ese punto, nunca más te va a conceder una nota, y los funcionarios son objeto de consulta de parte de la prensa. 

Estoy hablando ahora fuera de lo que es el programa de TV, hablo de la tarea que los periodistas realizamos. A muchos de nosotros tampoco nos alcanza la guita, y tenemos que lidiar con problemas que son propios de cualquiera que tenga otra profesión. Cuando se acerca la campaña política, si hacés las cosas bien y laburás a conciencia, podés juntar algo de plata, pero son tres o cuatro meses desgastantes, hay que estar a full y cubrir todo lo que determinado partido haga, porque te están pagando para eso. A nivel local, las próximas elecciones pueden consolidar a Etcheverry si es que no comete ningún error grosero, pero a su vez tendrá oposición dentro del mismo seno de Cambiemos, con los radicales que se le plantaron y que buscan dirimir esa diferencias en una interna. Por el lado del PJ, todavía sigue siendo una incógnita si hay una figura capaz de seducir a los votantes. Tiene que ser alguien carismático y con vocación de liderazgo, lo cual no es poco. Yo, que nunca seré candidato a nada porque además no me interesa, no reúno ninguna de las dos condiciones. 

Operadores políticos sobran, y son los emisarios que llevan a cabo las negociaciones entre un sector y otro. Pero si nadie está dispuesto a ceder, no hay acuerdo posible. "Ceder" implica, entre otras cosas, otorgarle una determinada cantidad de lugares a los del otro partido en la lista de concejales. Pero a veces, la jugada no sale bien, y los resultados se vuelven en contra. El peronismo no puede continuar perdiendo elecciones, ellos mismos lo saben, pero hay bastante desorientación porque han intentado virar el timón y hasta ahora la mayoría de los vecinos no los acompañaron en las urnas. Salvo que tengan algún "tapado" que les pase el trapo al resto, es difícil pensar en un triunfo en comicios donde se pone en juego quién será el próximo Intendente. Y ese candidato no debe tener "padrinazgos", ya que, de lo contrario, será una figurita puesta para que otro desde atrás maneje los hilos del poder. Nos estamos viendo pronto. Punto final. 

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