Lunes feriado y con mucho frío en la ciudad. Es una palabra que escucho todos los días, porque es casi imposible obviarla: Inflación. Sinceramente me desgasta, al igual que desgasta mis bolsillos. Desde que estoy vivo, la he escuchado miles de veces, con un gobierno u otro, y todo hace pensar que continuará siendo así. Ahora no está Macri para que puedan culparlo de nada más allá de toda esta cuestión del FMI, entonces, ¿Qué hacen los que ahora deben tomar decisiones? Se pelean entre ellos, ya sin ningún pudor, a la vista de todos, para ver quién tiene el poder, o "quién la tiene más larga", frase coloquial que no por vulgar deja de reflejar de manera sencilla el modus operandi. No se puede vivir así, yo sé que hay gente que la está pasando mucho peor que yo, pero hablo por mi experiencia personal. Es un callejón sin salida, a mí me pasa que soy responsable de un medio de prensa, por lo tanto renegociar las tarifas con los clientes en función de los índices inflacionarios es algo bastante farragoso y que no siempre llega a un acuerdo. Por lo tanto, prefiero mantener un precio estable para los clientes chicos, y quizás apelar con más énfasis en los que pagan más, porque además yo sé que pueden actualizar el costo y pagar un monto más razonable.
Es una verdadera mierda no poder proyectar nada, y todo me hace pensar que, aunque tenga 20 años de profesión, eso no significa nada, seguiré pasando momentos jodidos, es algo que nunca termina del todo. Cuando ya pensaste que habías alcanzado una etapa después de mucho esfuerzo, buscás un poco de estabilidad emocional. Lo único que realmente vale la pena es sentirse mejor, aunque todo se te complique.
Y ya que hablamos de planificar, leí en un semanario que nuestro Intendente, prevé un plan a cinco años (a la mejor usanza de aquel Plan Quinquenal de Perón), cuando todavía no sabe si será reelecto. ¿No es apresurado, prematuro e incoherente? Pueden usar el calificativo que más les parezca. Es sabido que palabras se las lleva el viento, y establecer una serie de pautas a futuro cuando tiene mandato hasta 2023 y no aún hay una señal clara de que el electorado lo vuelva a elegir, carece de sentido.
Tema dos: Como cualquiera de ustedes que ya haya pasado los 30 o los 40, estoy en una edad donde debo hacerme responsable de lo que hago, y también de lo que digo, si bien lo vengo haciendo desde hace mucho antes. Ojalá que esto no termine de la peor manera. La pregunta es, ¿Cuál sería "la peor manera" en que podríamos estar? No estoy seguro, pero una hiperinflación y un default lideran el ranking de posibles catástrofes. Hace unos días, vi en un canal de noticias cómo llegan a Buenos Aires los turistas brasileños. Por la diferencia con el tipo de cambio, gastando muy poco con su moneda se llevan de todo. Ni hablar si sos yanqui y por casualidad aterrizás en Buenos Aires con dólares, te ponen la alfombra roja cuando salís del aeropuerto!!
No sé por qué, si porque soy un gil o el motivo que fuere, a mí siempre las crisis me toman por sorpresa. Pero esto se veía venir, dicen los que conocen el paño un poco más que yo. En fin, realmente no sé qué pensar. Algo tengo que hacer (no sé bien qué), y esto incluye cambiar por completo mi administración económica ante lo que estamos viviendo a nivel macro. Lo más probable es que ese esfuerzo no baste, pero aún así siempre es mejor que rendirse ante el enemigo. Como mensaje final, podría apelar al lugar común, y convencerme a mí mismo de que ya vendrán tiempos mejores. Nos estamos reencontrando pronto, seguramente con algunas novedades. Punto final.
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