12 de junio de 2015

El país que se viene

Viernes por la mañana en la ciudad, 9:39 hs. Es curioso, pero como en el último tiempo me he acostumbrado a actualizar el blog casi diariamente, estos dos días sin redactar nada me parecieron un lapso más prolongado. La cuestión es que ahora parece que, según las encuestas de intención de voto o de imagen positiva, la aprobación a la gestión de Cristina supera el 46 %. Evidentemente debo ser yo el equivocado, o vivo en otro país. Pero si esas cifras son ciertas y estas basadas en consultoras serias, uno puede tomarlas como un indicador válido. 

A diferencia de muchos, que se dejan seducir por los "cantos de sirena" y los fuegos de artificio que duran un suspiro, yo no me olvido de los cacerolazos, del Fiscal Nisman, la Lázaro Báez, de los "jóvenes idealistas" de La Cámpora, y de todo lo sucedido desde que en 2007 CFK se hizo cargo del poder. Hoy por hoy, realmente constituye un mérito tener una ideología política y sostenerla con convicción, pero aún así no se puede tapar el sol con una mano, o creer que el sucesor cristinista gobernará con total libertad de acción. No, señores: el próximo Presidente, si es del FPV, será poco menos que un títere de CFK. Cristina bien debería llamarse "la Dama de Hierro 2": mantendrá el poder sin ejercerlo, elegirá a Ministros a dedo, y condicionará la gestión de aquel que continúe con "el modelo". Daniel Scioli se bancó humillaciones y situaciones inverosímiles esperando la ansiada candidatura presidencial, pero en su fuero íntimo sabe que le estarán respirando la nuca. Y que, hablando de eventuales conspiraciones, deberá temerle más a los kirchneristas duros que a la endeble oposición. 

No es lo mismo gobernar una Provincia que un país, aunque tratándose de la provincia más rica y poblada de la Argentina, es un buen comienzo para Scioli. Parece ser más mesurado y no tan fundamentalista como los "K puros", algo que molesta sin disimulo y puede generar derivaciones inesperadas en caso de que el ex motonauta quiera "sacar los pies del plato". Por el momento, los K deberán resignarse a respaldar su candidatura, siendo quien más mide en las encuestas y superando ampliamente a Florencio Randazzo. Randazzo tiene ese perfil juvenil, ese aire nuevo, de gestión, y mucho marketing. Pero no llega, no le alcanza. Entonces, la tropa K deberá "tragarse el sapo" y apoyar a Scioli, que no es ningún gil y puede llegar a ser más jodido y abyecto que sus antecesores. Punto final.

A la vuelta de la esquina

  Mitad de semana en la ciudad. No sé qué les pasará a ustedes, pero yo ya no me preocupo tanto como antes respecto a situaciones que aparen...