8 de junio de 2015

Un minuto para pensar


La manifestación contra la inseguridad que tuvo lugar anoche (7 de junio), frente a la Comisaría, dejó mucha tela para cortar. En primer lugar, podríamos decir que si bien 200 personas parece un número exiguo, tratándose de Lobos resulta significativo. Sobre todo, en un pueblo donde todavía la gente tiene miedo a sufrir represalias cuando se trata de marchas o protestas en la vía pública. Lo que yo pude ver, es gente enojada, molesta, hastiada, y que buscaba una respuesta a sus reclamos. Podemos discutir si fue o no la mejor manera de hacerlo, pero lo cierto es que vale el hecho de que las autoridades tomen cartas en el asunto. La convocatoria se hizo a través de Facebook y mensajes de texto, y si bien nadie sabe a ciencia cierta quién la organizó, lo importante es que, con los hechos consumados, alguien tenga la capacidad suficiente para advertir que el humor de la sociedad no es el mejor. 

Es verdad que las leyes son permisivas, que los delincuentes son liberados rápidamente por orden de la Fiscalía, y que la famosa "puerta giratoria" sigue funcionando. Pero hay cuestiones que le competen exclusivamente a la Policía, como la iluminación y custodia de la Plaza Tucumán, espacio verde que luce en total estado de abandono, y donde todo el mundo sabe que se comercializa droga. O que, al menos, se fuma marihuana delante de niños y personas mayores con total impunidad. Y no hacen falta muchos recursos para resolver esta cuestión, porque con la presencia policial que ejerza un efecto disuasorio resultaría suficiente. Pero sabido es que nadie quiere hacerse cargo, y que los argentinos somos expertos en "tirarle el fardo" al que está al lado. Por otra parte, sería injusto afirmar que todo el personal policial no cumple con su trabajo. Como en toda institución, está el responsable y está el negligente. Pero a veces, por encubrir a los inútiles, quedan mal parados quienes hacen bien las cosas y cumplen con su deber. 

Sería bueno que todo lo sucedido nos sirva para reflexionar, que no caiga en saco roto, que el reclamo de los vecinos no haya sido en vano, y que todos juntos podamos encontrarle una solución a una problemática que requiere del compromiso de todos. Está claro que con la Policía sola no alcanza. Entonces, que alguien se ponga las pilas para que baje Gendarmería o un estamento superior. Punto final.

Crónica de una sociedad en ataque de nervios

Comenzamos la semana. Ayer saltó la térmica y media casa permaneció a oscuras mientras intentaba escribir estas líneas. Así que tuve que int...